Colores para habitaciones

Colores para habitaciones

La elección de los colores para una habitación puede parecer un tema meramente estético, pero la verdad es que más allá de las tendencias y los gustos personales, hay que considerar muchos otros factores. Existen colores que son capaces de arroparnos, relajarnos, emocionarnos e inspirarnos los más dulces sueños, pero de igual manera hay otros que nos abruman, nos alteran o nos amedrantan en la misma medida.

La psicología del color nos puede dar algunas pistas sobre los tonos que debemos elegir, pero también nos puede ayudar a reducir la búsqueda conocer un poco más sobre el espacio que ocupa la habitación, así como los intereses y la edad de quienes las ocupan. Veamos algunas de las opciones cromáticas que se recomiendan teniendo en cuenta estos criterios.

Espacio e iluminación

El espacio y la iluminación son dos de los factores más importantes a tener en cuenta a la hora de elegir los colores para una habitación.

Si los metros cuadrados están escasos, entonces se deben considerar los colores que no reducen las proporciones visuales. Los tonos que más ayudan a proyectar este efecto de amplitud son los claros.

Utilizar un tono demasiado oscuro en una habitación pequeña es un total desacierto, y si se te va la mano puede terminar pareciendo una cueva. Esto no quiere decir que no se puedan introducir algunos matices oscuros para resaltar la decoración, pero nunca en superficies grandes.

Los techos o cielos rasos generalmente se pintan de blanco y esto responde a la misma necesidad de simular que una habitación es más alta de lo que realmente es. Por el contrario, si el techo resulta demasiado alejado y se quiere acercar visualmente la distancia al observador, la mejor opción será un color oscuro o cálido.

Si se trata de una habitación demasiado cuadrada, también se pueden modificar sus proporciones visuales para hacerla lucir un poco más alargada. Lo que se recomienda es pintar dos paredes enfrentadas de un color oscuro, mientras que las otras dos restantes deben ser de un color claro.

Si la habitación es demasiado alargada, entonces la combinación de tonalidades acertada será la que utilice un tono oscuro para las paredes más distantes y uno claro para las más cercanas.

La iluminación es otro factor importante en cuanto a la percepción del tamaño de una habitación. Mientras más iluminada, más amplia lucirá. Los ventanales grandes y bien orientados son fundamentales para conseguir una habitación inundada de luz, pero si carecemos de ellos podemos apoyarnos de las tonalidades claras. Los tonos oscuros terminan absorbiendo la poca luz existente.

Aunque luego se cubran los ventanales con cortinas, en una habitación es muy deseada la abundancia de luz natural, a la que siempre le podemos sumar un poco de luz artificial con apliques o luces de lectura.

Psicología de los colores

Según el Feng Shui, los dormitorios deben estar al servicio del descanso y no del trabajo u otras actividades. Claro está que con los escases de metros de algunas viviendas, a veces es inevitable que estos espacios se compartan con rincones de estudio o lectura.

La psicología del color define que dentro de los que más favorecen el descanso y la relajación se encuentran los que pertenecen a las diferentes gamas de azul, verde, y las tonalidades pasteles. También resultan envolventes los grises cálidos, el beige, el crema o el salmón.

El blanco es una opción muy utilizada para las habitaciones, pero siempre se le debe dar calidez a través de los muebles y accesorios decorativos. De lo contrario una habitación monocromática puede resultar un poco inquietante.

Aunque resultan muy sofisticados y modernos, se deben evitar los rojos, los naranjas y los amarillos vibrantes. Estos colores resultan demasiado estimulantes y elevan el nivel de energía de una habitación.

El negro resulta un color muy fúnebre y deprimente para un dormitorio, por lo que hay que utilizarlo con moderación y en combinación con otros elementos de la decoración.

Habitaciones para niños o jóvenes

Las habitaciones para niños o jóvenes suelen ser lugares llenos de color. Para estas habitaciones los tonos claros y pasteles son también los más recomendados, ya que propician la tranquilidad y el descanso en la noche. Ya los niños suelen tener bastante energía, por lo que no necesitan que se les estimule más con colores vibrantes.

Los rosas, lilas o fucsias son los más utilizados para las niñas, y los azules y verdes claros para los niños. El blanco se utiliza sin importar el género, ya que este color expresa mejor que ningún otro la inocencia, la pureza y la bondad de un infante o recién nacido. El amarillo se debe evitar a toda costa si se trata de una habitación para un bebé, ya que hay estudios que demuestran que los hace llorar más.

Con determinados acentos se pueden introducir las notas de colores más intensos, eligiendo siempre los que fomenten la creatividad o la personalidad del niño o adolescente. El púrpura, el rojo y el naranja, son de las opciones más utilizadas para los accesorios y textiles.

Los vinilos y papeles pintados ofrecen otras posibilidades para introducir el color y las texturas en este tipo de habitaciones. Estos elementos vuelven a ser tendencia, con una multitud de diseños coloridos que se pueden integrar a cualquier decoración.

Habitaciones matrimoniales

Los colores de las habitaciones matrimoniales son los más difíciles de elegir, porque a diferencia de lo que ocurre en una habitación individual, entra en consideración el gusto de ambos cónyuges, lo que en ocasiones hace difícil llegar a un consenso. Las tonalidades neutras (beige, gris, blanco) son las que generalmente suelen complacer a ambos y no se identifican con ninguno de los dos géneros. Estas además son ideales para crear un ambiente acogedor y atractivo.

El blanco y el negro forman una combinación atemporal que nunca falla en la decoración de cualquier habitación matrimonial. Estos dos colores crean un contraste y un equilibrio muy agradable.

Si lo que se desea es un poco más de color, es recomendable elegir los tonos apagados por encima de los vibrantes. Entre los tonos apagados más populares para las habitaciones matrimoniales se encuentran el verde pastel, el azul cielo, el canela, el crema y el marrón en sus tonalidades más suaves.

Aunque el rojo no es un tono recomendado para ningún tipo de habitación, este color inspira erotismo, vitalidad y sensualidad, por lo que algunas parejas lo eligen para pintar al menos una pared, que generalmente tiende a ser la pared principal de la habitación. Este color después del anochecer se ve apagado, cálido y elegante bajo la luz de una lámpara.